05/05/2024

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Platita hoy, ajuste en 2024: cómo es el recorte del gasto que planea Massa si gana las elecciones

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Su propuesta va a ser presentada como el recorte de algunos privilegios, que ya no se justifican en una economía que se dirige a un ajuste generalizado

No es novedad que, gane quien gane las elecciones, la Argentina se encaminará hacia un equilibrio fiscal el año que viene. Un país que ha perdido la posibilidad de crédito y sin margen para los desvíos, los principales candidatos están convencidos de que la única manera de ser exitosos en la aplicación de un plan de estabilización sería con las cuentas públicas en orden.

Seguramente, a la hora de los detalles y de presentar las planillas del Presupuesto 2024, entre los candidatos habrá diferencias en la metodología para encarar semejante ajuste. No es lo mismo la «motosierra» de Javier Milei que los planes que tenga Patricia Bullrich ni los que vaya a mostrar Sergio Massa.

Es más, los candidatos creen que deben ser lo más explícitos posible para que el «mercado» les crea y se regenere la confianza en la Argentina. Algo que, en estos momentos de incertidumbre total y falta de expectativas positivas, parece imposible, al menos para el corto y mediano plazo.

Llegado el caso, da toda la sensación de que Massa es quien deberá hacer el mayor esfuerzo para convencer de que está dispuesto a encaminar el escenario fiscal. El ministro-candidato ya avisó que presentará un Presupuesto equilibrado. Hay más: su equipo, encabezado por Gabriel Rubinstein, está elaborando una propuesta para poner como objetivo un superávit de las cuentas públicas.

Beneficios impositivos: las clave del recorte de presupuesto
Massa no quiere hablar de ajuste. Ni ahora durante la campaña, y promete que tampoco se enfocará en eso si llega a la Casa Rosada. Al menos para alcanzar el superávit fiscal.

Para mejorar el perfil de las cuentas, el ministro trazará un recorte de los beneficios impositivos sobre distintos sectores económicos.

Massa demora el Presupuesto 2024 y lo enviaría con duros recortes de beneficios impositivos.

En concreto, el plan pasa por hacer un recorte de los denominados «gastos tributarios», que figuran en el Presupuesto y son perfectamente detectables.

¿Qué son esos «gastos tributarios»? Se trata de los Ingresos que el Estado deja de percibir al otorgar concesiones impositivas, que benefician exclusivamente a determinados contribuyentes, actividades económicas o regiones del país. En teoría, tienen por objetivo desarrollar determinadas políticas públicas. No siempre es así.

Para tener una idea certera: en total, los «gastos tributarios» fueron equivalentes al 2,49% del PIB en este 2023, según figura en el Presupuesto.

Ayer, durante la discusión en la comisión de Presupuesto sobre los cambios en Ganancias, la subsecretaria de Ingresos Públicos, Claudia Balestrini, dio alguna pista del pensamiento de Massa.

«Desconcierta que los inmuebles rurales en el exterior no estén pagando ningún impuesto. Se va a recuperar ese 0,28% adicionando otros análisis de otros gastos tributarios, por ejemplo, uno de ellos lo incorporamos en la separata del año pasado cuando se puso en consideración a los magistrados», dijo Balestrini en la comisión de Diputados.

Presupuesto 2024: la tijera que afila Massa
Si bien el ministro de Economía ya admitió la posibilidad de una demora en el envío del Presupuesto, lo más probable es que cuando eso ocurra incluya el recorte de los «gastos tributarios».

Al igual que el resto de los candidatos, Massa tiene claro que es necesario un recorte fiscal. IVA y Ganancias, bajo la lupa.

Lógicamente, la propuesta va a ser presentada como el recorte de algunos privilegios, que ya no se justifican en una economía que indefectiblemente se dirige a un ajuste generalizado.

Al día de hoy, el 2,49% del PIB equivalen a unos $4,7 billones o u$s13.400 millones (tipo de cambio oficial).

De ese global, 1,81% del PIB representan exenciones en impuestos mientras que el restante 0,68% refiere a beneficios en regímenes de promoción económica. El de Tierra del Fuego, por ejemplo, conlleva un costo del 0,35% del PIB (unos u$s1.880 millones este año).

Al dejar de cobrar el IVA a algunos sectores específicos, el Estado deja de recaudar el 1,36% del PIB por año. Otro 0,51% corresponde a Ganancias.

Algunos de los sectores y rubros a los que se le conceden estos beneficios:

Obras sociales: 0,21% del PIB (u$s1.130 millones al tipo de cambio oficial)
Impuestos a las Combustibles: 0,18% del PIB (u$s969 millones)
Servicios Educativos: 0,11 del PIB (u$s592 millones)
Prepagas: 0,07% del PIB (u$s377 millones)
Obras de Arte (sin datos disponibles en el último Presupuesto)
En total, hay por lo menos media docena de beneficios impositivos que se otorgan. Desde rebajas en los aportes a la seguridad social, en combustibles, impuestos internos, a los créditos y débitos bancarios y en Bienes Personales.

A esta altura de la campaña rumbo a las elecciones de octubre, luce improbable un acuerdo político para aplicar reducciones en estos beneficios. Sin embargo, es muy probable que una vez que haya un nuevo Gobierno, la discusión se abra.

El diputado y economista de JxC reconoció que estaría dispuesto a debatir un recorte de beneficios impositivos.

Es lo que consideran algunos miembros que son referencia también en la oposición. Martín Tetaz, economista y diputado por Juntos por el Cambio, dice que aceptaría un debate sobre estos beneficios impositivos, por ejemplo.

Está claro que en la Argentina que se viene -más allá de quien resulte ganador de las próximas elecciones- debería darse un debate profundo, sensato y duradero de la trama impositiva. Sin dudas.

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