Milei ya piensa en el día después de las elecciones: para qué envía a sus "tenientes" a hablar con los lobos de Wall Street
9 minutos de lectura«El grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder». Lo dijo el entonces diputado radical Raúl Baglini en 1986, y tiempo después pasó a definirse como el «teorema de Baglini». El político radical había aggiornado a la Argentina una elegante frase del dramaturgo inglés John Galsworthy, quien afirmaba que «el idealismo se incrementa en proporción directa a la distancia de uno del problema».
Es evidente que a medida que los dirigentes políticos se acercan al poder moderan sus diatribas y propuestas radicalizadas, al percatarse de que pueden ser inviables, aunque suenen bien desde el púlpito.
Algo de esto le está ocurriendo al libertario Javier Milei, quien arrancó haciéndose conocido en la televisión por manifestar a los gritos sus ideas económicas, fue elegido diputado nacional y, ahora, tiene expectativa de ser presidente de la mano de La Libertad Avanza.
Con sus críticas extremistas a la «casta» y su propuesta de «dolarización», Milei caló hondo en porciones del electorado a los que la política clásica tiene dificultades para llegar, como los sectores más pobres, pero también la clase media asfixiada por un Estado que pone trabas para casi todo, desde comprar dólares hasta alcanzar la vivienda propia.
Al dirigente libertario le fue muy bien en las PASO, y las encuestas realizadas semanas después de esa elección indican que mejora su posicionamiento electoral. Se nota en la calle, en los bares, en los partidos de fútbol cinco y en las tertulias de las oficinas. Milei es tema de conversación habitual, para elogiarlo o para criticarlo. El voto vergonzante empieza a ser dejado de lado y ya la gente dice a viva voz que votó por él, o que podría hacerlo el 22 de octubre próximo.
Milei parece «loco» pero no come vidrio: envía a sus tenientes a hablar con los «lobos de Wall Street
Esa posibilidad cierta de acceder a la Casa Rosada también tiene impacto en el candidato. Ya no alcanza con las declaraciones a los gritos ni los insultos para quienes han venido gobernando la Argentina en las últimas décadas. Ahora necesita mostrar que puede gobernar y que tiene equipos e ideas para hacerlo.
Uno de los frentes que empieza a inquietar al libertario es el internacional, más precisamente el de quienes toman decisiones de inversión. Ideológicamente son sectores que comparten su visión, pero parece que aún no los ha podido convencer de que pueda convertirse en estadista. Se nota en el comportamiento de los mercados -la Bolsa viene en caída- y en la suba del riesgo país. La propuesta conceptual del aguerrido economista es compartida por el poder económico, pero subsisten muchas dudas de su viabilidad.
La posibilidad cierta de acceder a la Casa Rosada también tiene impacto en el candidato, quien necesita mostrar que puede gobernar y que tiene equipos
Ante la mayor cercanía al poder, Milei cumple con el teorema de Baglini y comienza a moderar algunas de sus ideas, como la dolarización. Al principio decía que sería inmediata, pero ahora habla de entre nueve meses y dos años para implementarla.
También toma nota de las señales que llegan desde el exterior. Por ejemplo, las del FMI, que advirtió que la dolarización «no sustituye a una política fiscal sostenible», según señaló el director del Departamento del Hemisferio Occidental de ese organismo, Rodrigo Valdés. «Dolarizar es una pregunta que los mercados hoy día se hacen más que por el tamaño, por las condiciones iniciales de cantidad de reservas que tiene la Argentina. Milei tocó este tema y ellos tienen un plan que están trabajando todavía y yo no me adelantaría en la discusión», dijo el economista chileno.
La viabilidad del plan libertario genera fuertes dudas entre los tenedores de bonos soberanos de la Argentina. Al tanto de esto, Milei le encargó a su equipo viajar a los Estados Unidos para conversar cara a cara con los «lobos de Wall Street». Uno de los expertos que integran esa misión es Darío Epstein, quien ya presenta a Milei como el «futuro presidente». «Vamos a ser claros, Javier tiene una propuesta de dolarización muy concreta, tan concreta que no vamos a dolarizar si no hay dólares», adelantó Epstein.
Dolarización, esa es la cuestión
En julio, tres semanas antes de las PASO, Milei había asegurado que ya estaba en condiciones de dolarizar con un esquema «básico». «¿Es fácil? Recontrafácil», afirmaba. Pero pocos días después de las primarias que lo catapultaron al primer puesto, con el 29,8% de los votos y seguido de cerca por sus rivales, el economista advirtió que la medida llevará «entre 9 y 24 meses», y que antes «hay que solucionar el problema de las Leliq», que rondan los $20 billones si se incluyen los pases.
Es posible que Milei haya empezado a tomar nota de las señales de preocupación que llegan desde Wall Street, donde sus propuestas aún generan escepticismo. Justamente, la misión que partirá esta semana rumbo a Nueva York busca revertir ese clima de desconfianza. Unos 80 representantes de bancos y fondos de inversión recibirán este viernes a Epstein y al banquero Juan Nápoli. El encuentro será en la mansión de Gerardo Mato, un exHSBC con nutridos contactos en el mundo del dinero, en una de las ciudades más ricas del mundo, Greenwich, sede de varias empresas financieras y rodeada de residenciales históricas y parques interminables, a pocas estaciones de metro de Wall Street.
La primera misión de Epstein y Nápoli será garantizar que con Milei podrán estar seguros de que cobrarán sus bonos. Los dueños del dinero, o al menos quienes manejan plata de otros, quieren saber cómo se ejecutará el plan del libertario, que contaría con apenas un puñado de diputados y senadores afines para votar sus leyes.
Uno de los interrogantes que deberán rebatir los enviados de Milei está vinculado con un reporte del FMI, que tiene una visión crítica sobre la dolarización. Ese informe desmenuza la elección del dólar como moneda por parte de Ecuador a fines del siglo XX. Explica que la adopción del dólar como moneda de curso legal no genera por sí misma disciplina fiscal, ya que ese país atravesó dos defaults de deuda y años de programas con el FMI. La segunda es más dura: alerta que no elimina el financiamiento del Banco Central al Tesoro.
Dolarización: advertencias y negativas
Las advertencias del Fondo se suman a los dardos hacia la dolarización lanzados por los referentes de Juntos por el Cambio. Carlos Melconian -anunciado como ministro de Economía de Patricia Bullrich- dijo que el proyecto de dolarizar «está a punto de archivarse» y coincidió con Sergio Massa en que podría terminar en un «Plan Bonex». También criticaron el titular del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, y el exFMI y economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas, Robin Brooks, mientras Domingo Cavallo dijo que de aplicarse debería ser «gradual».
La última alusión a la dolarización Milei la hizo en el Foro Económico de América Latina, donde fue orador estrella: «Una de las estupideces más grandes que escuché es que dolarizar conduce a una hiperinflación. Justamente nosotros proponemos esto para evitar la hiperinflación», afirmó. Y a la hora de entrar en detalles, señaló que el pasivo del Banco Central se compone de la base monetaria y las Leliqs, que en conjunto suman unos US$ 40.000 millones. A su vez, indicó que el Banco Central tiene reservas por unos US$ 10.000 millones que se utilizarían para rescatar la base monetaria y que las Leliqs se rescatarían a partir de la venta de títulos públicos actualmente en poder del BCRA cuya valuación nominal es de US$ 120.000 millones, pero de mercado es de US$ 30.000 millones. Habrá que ver si los financistas coinciden con sus cálculos y, más importante, si los dueños del dinero consideran viable su radical propuesta.
El mensaje a los grandes brokers
Según pudo saber IProfesional, uno de los argumentos claves que los enviados de Milei llevarán a Estados Unidos es el objetivo de reducir el déficit cuasifiscal de 10 puntos, producto de la emisión monetaria del BCRA para asistir al Tesoro. Y el otro será el denominado plan «Motosierra», con el que esperan reducir el gasto en «15 puntos del PBI» con la obra pública, subsidios económicos, transferencias a las provincias, jubilaciones de «privilegio» y privatizaciones.
En las últimas semanas, desde su equipo aclararon que el primer año no habrá despidos de «empleados de carrera» y tampoco serán recortadas las jubilaciones y la AUH. Así, tras las PASO, el ajuste previsto se redujo a 5 puntos del PBI.
La misión libertaria se concentrará en «escuchar más que en hablar», y tratar de brindar tranquilidad. Por ejemplo, dirán que no hay planes de reestructurar la deuda que renegoció este Gobierno en 2020 y la intención es hacer un roll over de los compromisos de los próximos años con una emisión limitada de deuda nueva. A cambio, explicitarán el compromiso de llevar a cero el déficit fiscal primario y terminar con la emisión monetaria. La meta es lograr que la Argentina vuelva a estar en el radar de los inversores.
Según trascendió, cayó bien en el mundo de los negocios el hecho de que Milei se haya mostrado cauteloso, y hasta colaborativo, cuando abogó ante el FMI para que libere los u$s7.500 millones que evitaron que la gestión de Sergio Massa volara por los aires. Hasta el propio ministro de Economía agradeció ese gesto en público.
Con sus críticas extremistas a la «casta» y su propuesta de «dolarización», Milei caló hondo en porciones del electorado a los que la política clásica tiene dificultades para llegar
A quiénes verán los emisarios de Milei en Wall Street
La lista de quienes aspiran a reunirse con los enviados de Milei sube día a día. El último recuento indicaba que habrá unos 80 ejecutivos del sistema financiero norteamericano. Muchos de primerísima línea.
En Wall Street, reina la incertidumbre sobre el futuro de la Argentina, pero existe la sensación de que se podría estar frente a la instauración de otro modelo «fundacional», que implique un giro de 180 grados, similar a lo que fue el gobierno de Carlos Menem en los ’90. El tono de los informes de bancos de Nueva York oscila entre el temor ante el corto plazo y la posibilidad de que la inflación se acelere, y la incertidumbre por el espacio de maniobra que pueda tener quien acceda a la presidencia para estabilizar la economía.
Otra de las dudas de los fondos de inversión es saber qué distancia existe entre los que Milei propone y lo que hará, una deducción que surgirá a partir de la solidez con la que se enuncian los planes.
Más allá de lo que finalmente ocurra, Milei debería tener en cuenta que su propuesta de dolarización no mueve el amperímetro en el exterior. Están más preocupados en cómo se garantizará la gobernabilidad para que la Argentina no vuelva a caer en un default.
Pero entre los seguidores del libertario todo es optimismo. «La dolarización podrá no interesar a los dueños del dinero, pero les aseguro que a la gente le importa, y es lo que vamos a tratar de hacer», fue la línea que Milei bajó a su tropa, cada día más nutrida. ¿Será por aquello de ser «los amigos del campeón»?
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