Enzo Pérez, el líder de la Banda: por qué contra Boca alimentó aún más su leyenda
4 minutos de lecturaTras otro clásico que jugó y festejó como hincha, el capitán sigue sumando recuerdos imborrables. ¿Le falta algo a su película?
PorAriel Cristófalo
Enzo Pérez vuela por los aires de la Bombonera. Saca la lengua, se mueve para acá y también se mueve para allá, baila en el túnel camino al vestuario, tira besos durante el partido, le zumba el oído al árbitro, raspa con pierna fuerte pero también toca con clase, deja la vida por estos colores. Festeja un gol que todos los hinchas de River quisieron que fuera suyo y en parte lo es. Es un superhéroe, Enzo Pérez. Uno que viste de blanco con una Banda roja aunque de tanto en tanto pueda usar una camiseta verde con guantes negros.
El domingo en La Boca, el capitán de River le sumó un capítulo más a su propia leyenda. ¿Tal vez haya sido el último? Es muy probable. En cualquier caso así lo jugó el mendocino, como el último, como jugó todos los clásicos con la camiseta que lo marcó desde su niñez. Y así también lo siente hoy el hincha de River: la gente que hace rato lo sentó en la casi inaccesible mesa de los grandes ídolos de la historia del club empezó a leer el partidazo que jugó el 24 con una mezcla de orgullo, empatía, felicidad y luego nostalgia anticipada por lo que ya no será. Porque aunque él haya dicho públicamente hace algunas semanas que recién en diciembre tomará una decisión sobre su futuro, en el club saben que a menos que cambie de opinión a último momento hoy su idea es la de no renovar su contrato que vence a fin de año.
En ese caso, Enzo se habrá regalado a sí mismo y a millones de hinchas una última temporada de su serie en la que además de salir campeón con la cinta en el brazo le ganó a Boca los dos superclásicos del año con imágenes icónicas. Así como el derbi del primer semestre será recordado entre otras cosas por la foto de EP mezclado con la gente trepado a un alambrado que antes no existía, en el del domingo en la Bombonera Pérez festejó como un pibe en un viaje de egresados con gestos propios de un experto para esta clase de encuentros.
La gente de River enloqueció en las redes por verlo bailar en el Alberto J. Armando, regalarle su short a un pequeño fanático que le entregó una carta en la previa, tirándole un besito a su amigo Marcos Rojo luego del primer gol y luego pidiéndole a Merlos que lo eche. Incluso abrazando post 2-0 a un Martín Demichelis que necesitaba ese apoyo interno: EP24 tuvo en las últimas semanas un desafío como capitán puertas adentro luego de las filtraciones internas que sacudieron el vestuario y fue indispensable para que hoy el temblor empezará a quedar atrás.
“El día que usted esté obsesionado con ganarle a Boca, recién ahí, va a poder lucir con orgullo la camiseta de River”, le dijo alguna vez Ángel Labruna a Delem, su sucesor dentro de la cancha. Es un consejo que también podría dar perfectamente un Enzo Pérez para quien siempre corrió esa máxima. Incluso cuando no jugaba aún en River: alcanza con recordar su grito de gol desaforado de frente a La 12 en 2009.
El triunfazo en la Bombonera, un capítulo más para su película
La corrida desaforada por todo el Santiago Bernabéu besándose el escudo del CARP, la mirada desafiante a la preferencial de Boca antes de la final de ida de la Libertadores, el grito pelado agarrando y comiéndose la cámara de la transmisión oficial luego de eliminar a los primos en las semifinales de la Copa 2019… Las fotos de este año se sumarán a aquellas y a tantas otras cuando se arme el guión de su película. Un guión que sale de memoria en la cabeza de los hinchas que lo aman y que este domingo, contra Talleres, volverán a ovacionarlo y a cantarle que “Enzo es de River, de River no se va”.
¿Hay tiempo para algo más? En esto del fútbol, y sobre todo en esto del fútbol en la vida de Enzo Pérez, nunca se sabe del todo. Si alguna vez atajó desgarrado los 90 y pico de minutos de un partido clave de Copa, mejor no asegurar nada. El propio Enzo dijo después de dar la vuelta olímpica de la Liga Profesional que creía que no le quedaban sueños por cumplir con esta camiseta después de seis años y no reparó en que su carrera le deparaba un clásico más de esos que no se van a olvidar fácilmente.
En cualquier caso, y más allá de que no pudo cumplir con el objetivo de ganar otra Libertadores, a Enzo podrían quedarle partidos decisivos por la Copa de la Liga, donde, claro, podría haber un superclásico más en playoffs. Incluso hay alguna chance de que a fin de año se cruce con Boca por el Trofeo de Campeones de este año para el que River ya está clasificado, si es que no se juegan las finales adeudadas vs. el CABJ. Como sea, el del domingo pudo ser el último, aunque Enzo ya es para siempre.
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