El futuro llegó hace rato… en Alemania.
2 minutos de lecturaLa Bundesliga destaca por ser la más avanzada en materia tecnológica y además goza de una competitividad deportiva inédita en las últimas dos décadas.
Al tiempo que Sudamérica se está acostumbrando (a los tropezones) al uso del VAR para poder definir jugadas obvias de un partido, en el viejo continente hay un país que ya utiliza la tecnología a otros niveles: mejorar el alto rendimiento y afrontar los encuentros teniendo al rival totalmente estudiado.
SAP, el mayor fabricante de software en Europa, es el proveedor de varios clubes del viejo continente. A través del sistema, se pueden analizar diversos tópicos de un jugador: efectividad de los pases, rendimiento promedio durante la temporada, cuántos quites realiza, etc. Si tenemos en cuenta que estos datos son clave para que un entrenador pueda definir el once inicial para el encuentro, no dejan de ser datos duros: faltaría la parte humana (estado de ánimo, motivación, momento particular del jugador).
Bueno, para eso también está pensada la tecnología: durante los entrenamientos, se utilizan unos drones especiales que hacen un seguimiento de cada jugador y detectan todas las anomalías (si es que hay) que puedan surgir en los movimientos de cada player. En menos de 10 segundos, el aparato puede detectar si hubo algún problema y el entrenador ya puede tomar nota para trabajar puntualmente en el dirigido en cuestión. ¿Increíble, no?
Con una Bundesliga que goza de un nivel parejo sin precedentes en este milenio (10 equipos separados por apenas 9 puntos, diferencia que suele haber entre el líder y su escolta), es notoria la colaboración de la tecnología para neutralizar la extrema superioridad de presupuestos que hay entre Bayern Munich y Borussia Dortmund con respecto a los 18 equipos restantes de dicha liga. De hecho, ninguna de las dos potencias del campeonato figura entre los primeros 3 puestos, finalizada la fecha número 13.
Es claro que los avances en materia digital han logrado mejorar la parte humana del deporte y agregarle transparencia a decisiones relacionadas con el juego. Pero sobre todo demuestran la evolución que se puede lograr, desterrando el mito de que “mata la esencia del fútbol”.