El apoyo de Argentina a Israel debe ser explícito
2 minutos de lecturaLa política exterior del Gobierno no puede seguir a la deriva, en particular tratándose de ataques terroristas contra la población civil
En las actuales circunstancias el giro diplomático argentino frente a la grave agresión terrorista sufrida por Israel el pasado 7 de octubre merece el mayor rechazo. La solidaridad y apoyo de Argentina a Israel ante el indiscriminado ataque criminal de Hamas debe ser explicita, inquebrantable y el reconocimiento a la legítima defensa de Israel no puede tener condicionamientos que tiendan a debilitar la lucha contra el terrorismo islámico radicalizado tanto de Hamas como de la organización terrorista Hezbollah, sostenida por Irán.
No es aceptable que la Argentina con su pronunciamiento se integre al grupo de países latinoamericanos que intentan sumarse a la promoción de una atmósfera internacional de sesgo anti israelí. En el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH), en mayo de este año, la Argentina, Bolivia, Cuba, México y Venezuela votaron una resolución que singularizaba a Israel en materia de derechos humanos y que es demostrativa de la obsesión anti israelí de muchos órganos de las Naciones Unidas. Los países occidentales miembros de la CDH votaron en contra. El repudiable comunicado de la Cancillería argentina reproduce el espíritu antisemita de esa resolución.
Lo mismo ha ocurrido recientemente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos se ha visto en la necesidad de vetar un proyecto de resolución presentada por Brasil para establecer un alto el fuego humanitario en Gaza en virtud que hubiera presionado a Israel para evitar la acción militar terrestre para recuperar los 240 civiles rehenes cautivos por Hamas. Igualmente Rusia y China vetaron una resolución presentada por Estados Unidos para condenar inequívocamente los ataques terroristas de Hamas.
En ese clima de posiciones disfuncionales, tampoco es aceptable que el Gobierno no se encuentre ejerciendo una mayor actividad diplomática para intentar lograr la liberación de los 21 rehenes argentinos en poder de la organización terrorista Hamas, que incluye un bebe de nueve meses. A diferencia de la mayoría de los 28 países que tienen ciudadanos secuestrados por Hamas, la Argentina no ha desplazado a las máximas autoridades de la Cancillería a las principales capitales de Medio Oriente y en particular a Qatar, donde reside una representación de la cúpula de Hamas.
La política exterior de Argentina no puede seguir a la deriva en particular tratándose de ataques terroristas contra la población civil. Es hora que el Gobierno argentino adopte posiciones más firmes y que condene la actitud de Bolivia que no solo ha roto relaciones diplomáticas con Israel en apoyo a Hamas sino que mantiene una relación preferencial con Irán, presunto responsable de los dos ataques terroristas a la Argentina.